Cuento: El pequeño Heidelberg

El Pequeño Heidelberg es el nombre de un salón de baile donde una pareja se hizo famosa por dos razones: su perfección a la hora de bailar pues ambos sabían de antemano el siguiente paso a dar de la pareja y, que nunca cruzaron palabra. La niña Eloísa –quien era la parroquiana más antigua del lugar- y el Capitán constituían la sensacional pareja. Cierto sábado, y aprovechando la llegada de unos turistas, el Capitán habló por primera vez y pidió a la niña Eloísa en matrimonio. La anciana aceptó emocionada. Ambos bailaron en el salón que rompió en fiesta. Pero poco a poco, la niña Eloísa se esfumó en los brazos del Capitán, quien seguía bailando pues mantenía viva una ilusión perdida. La Mexicana, otra asidua del lugar, baila con el Capitán para no despertarle del pasado.

3 thoughts on “Cuento: El pequeño Heidelberg”

  1. Creo que he perdido algo porque no he entendido el desenlace con el Capitán. Es posible que me haya quedado en albis. No sé. Al parecer el cuento relata más la unión casi fictiva entre el senor este y la Nina Eloisa. Al final su esposa se evaporece entre sus brazos (última vals en el pequeno Heidelberg ?). A mi juicio el cuento entero se parece más a una parabola. Esperar sin intentar nada desemboca en una decepción. Si sigo mi comprensión de la historia, este cuento me recuerda una novela corta de Dino Buzzati (El Desierto de los Tartares). En ese cuento el protagonista, un soldado perdido en un cuartel en la frontera espera la llegada del enemigo durante anos. Cuando por fin este ataca, el pobre soldado está de baja y no puede participar a la batalla.
    Este pequeno rincón alemán o suizo en Suramérica nos llama la atención porque existen en todo el mundo estos enclaves de hecho, lingüísticos y culturales.
    En cuanto a la escritura Isabel A. reanuda con la sutileza que adorna algunos de sus cuentos . También sabe crear un ambiente especial que puede nacer en cualquier sitio. Lo ordinario da a luz a lo especial.

  2. El cuento se trata de una pareja de bailadores viejos que se encuentraban durante años en el pequeño Heidelberg. Porque los dos no se atreven de acercarse por su edad y su cultura, la relacion de los dos se queda en un sueño. Que pena.

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