Archivos de la categoría General

Cuento: Con todo el respeto debido

Una pareja de pillos: -un traficante de armas y whisky falsificado y una fugada de casa con un puñado de diamantes- buscan la manera de hacerse ricos sin trabajar. Domingo Toro y Abigail McGovern viven de hacer trampas a negocios o particulares, su ingenio se agudiza según sus expectativas. Conforme su fraudulento modo de vida aumenta, Abigail considera necesario convencer a los demás de que su riqueza es familiar y que Domingo se cambie de apellido pues nadie se apellida Toro. Sin embargo, Domingo mantenía bajo control a su mujer pues gustaba de desaparecerse cuando ella le insistía en cosas que él consideraba –y está era una de ellas- inútiles. Sus negocios prosperaron pero Abigail seguía insatisfecha, el darse cuenta de que el dinero no implicaba que los aceptaran en sociedad la tomó por sorpresa. La pareja discute por la inconformidad de Abigail quien anuncia que comprará caballos pues sólo la clase más alta tiene acceso a ellos. Domingo se opuso pero, por primera vez, se dejo convencer por su mujer. La idea fue buena y pronto comenzaron a codearse con familias opulentas de criadores. Pero como seguían sin salir en las páginas de sociales Abigail continuaba sintiéndose hueca. Se volvió más ostentosa y estrafalaria. Sus tradicionales fiestas anuales de disfraces se volvieron más y más famosas por su despilfarro. Los estudiantes protestaban a menudo por la actitud de los Toro frente al aumento de la mísera. Una tarde Domingo recibió una llamada anunciándole que Abigail estaba secuestrada. Fue entonces, que el sueño de Abigail se hizo realidad: la noticia del secuestro de la esposa del magnate de los baratillos fue primera plana al día, se leía sobre el constante aumento de la recompensa exigida por un grupo extremista –hasta entonces desconocido- que se adjudicaba el crimen. El drama se mantuvo algunos días hasta que –justo cuando la atención comenzaba a desviarse- aparecieron Abigail sana y salva y Domingo quien no dijo el valor pagado pues su esposa no tenía precio. El rumor de que la suma fue exorbitante dejo pasmados a toda la clase alta de la región. Hubo protestas por parte de los estudiantes que alegaron un autosecuestro que sin duda redituará en impuestos y cosas por el estilo. Nadie les hizo caso pues algunas décadas más tarde, los Domingo-McGovern son de las familias más respetadas del país.

WQ: Nuestro periódico

 

¿Qué os parece si elaboramos nuestro propio periódico? ¿Pensáis que es algo inabarcable o demasiado complicado?… No os preocupéis, yo os he preparado una pequeña ayudita: la WQ Nuestro periódico. Sigue las instrucciones y utiliza los enlaces que te ofrece y ya verás qué fácil es la tarea.

… Et voilà!

La primera edición de Nuestro Mundo, el periódico de los estudiantes del grupo TU München B2, ¡ya está aquí! 🙂

También ha visto la luz la publicación del grupo “cervantino” C1.4:  El Vigilante 😉

Acabamos de recibir la última entrega del periódico 20 Segundos, editado por los estudiantes del grupo TU Garching B2. ¡Enhorabuena! 🙂

De nuevo ve la luz una publicación de la TU München B2, Gente , le deseamos mucho éxito 😉

Y siguiendo de cerca a la edición de Múnich, el grupo TU Garching B2 nos  sorprende con la edición de Imagen, la nueva publicación para el siglo XXI… ¡Felicidades! 😮

Un nuevo ejemplar ha llegado a nuestro kiosko, El sol de múnich,  elaborado por el grupo B2 de Garching, ¡que lo paséis bien! 😉

Las dos ediciones más recientes de los estudiantes de nivel B2 en Múnich y Garching: El Sol y El Día 🙂

Un nuevo periódico nos llega desde Garching para nuestro kiosko de prensa: El diario de la TUM 🙂

La Verdad de la TUM, diario firmado por la redacción del B2 Garching,  publica su primera edición en nuestro kiosko  ¡Bienvenido! 🙂

 

Cuento: El huésped de la maestra

La maestra Inés sólo podía confiar en su amigo, el árabe Riad Halabí, en una situación de extrema importancia. Después de todo, su amistad se remontaba varios años y fue el árabe quien ayudó a Inés el día que asesinaron a su único hijo, y fue también el árabe quien le sugirió poner una pensión en su casa. Por eso Riad no dudó ni un momento cuando la maestra Inés le anunció en su tienda que había matado a un huésped. Al acudir a la escena del crimen Inés le confiesa al turco que siempre supo que tarde que temprano volvería a ver al asesino de su hijo. Riad ayudó a Inés a deshacerse del cadáver sin dejar huella del asesinato. La maestra Inés era querida por todos por su indudable apoyo a los desprotegidos. Todos sentían que algo le debían sea la facultad de leer o el recuerdo del estomago llenó en los días que normalmente no había con qué llenarlo. Todos le debían algo y por eso todos podrían ayudar en algo.

Cuento: Un camino hacia el norte

Jesús Dionisio y su nieta Claveles emprendieron una larga marcha con destino a la capital. En el camino, el viejo escultor de santos recuerda el día que su hijo militar llegó con una bebita argumentando que era su hija y que desconocía el paradero de la madre. Claveles se crío con sus abuelos y aunque poseía carácter indómito, ayudaba a la abuela en las labores del hogar y al abuelo en su producción de santos. Todo cambio desde el día en que fue enterrada la esposa de Jesús Dionisio: Amparo Medina. Ante la irremediable perdida, Jesús comenzó a beber y cambió su trabajo por uno de estilo más sombrío, la casa se fue deteriorando, los animales murieron uno por uno, y al poco tiempo vivían en la extrema pobreza. Claveles se fue a trabajar fuera por un tiempo y regresó esperando un hijo. El abuelo se había sumido en lo más decadente de su existencia.  La llegada del hijo de Claveles cambió los aires del entorno. El abuelo dejó la bebida y bautizó a su bisnieto con el nombre de Juan, sin embargo, la eventual actitud extraña del niño los hicieron sospechar. Luego de unos análisis médicos se diagnosticó que el hijo de Claveles era sordo y que por lo tanto será mudo. Jesús Dionisio no se sorprendió y dispuso que ellos mismos educarán a Juan. Juan Picero creció con un estrecho vinculo con su bisabuelo y aprendió a valerse por si mismo a pesar de su defecto, llegado los siete años, le fue negada la entrada a la escuela, lo que provocó en su bisabuelo una indignación completa. El achacoso viejo consoló a su nieta diciéndole que ellos mismos se ocuparán de enseñarle a Juan un oficio en la vida.

Por esas fechas llegaron unos voluntarios de la señora Dermoth cuya labor consistía en ubicar niños enfermos para ofrecerlos en adopción a prósperas familias del norte bajo consentimiento de los familiares del infante. El bisabuelo se negó rotundamente en dar en adopción a Juan. Los voluntarios le insistieron subrayando el factor sordera de Juan pues allá, en el norte, había hospitales que seguramente corregirían el mal. Jesús Dionisio no cambió de opinión. Pasados los días, Claveles se sorprendió varias veces observando los folletos que dejaron. Claveles se encontró, fuera de la vista de su abuelo, varias veces con los jóvenes voluntarios. En el último encuentro le enseñaron la foto de una agradable pareja interesada en adoptar a Juan y que además le ofrecían doscientos cincuenta dólares en ayuda. Claveles había comparado en varias ocasiones su miserable cuarto con los lujos de los folletos. Y entonces aprovecho la ausencia de Jesús Dionisio para vestir a su hijo con sus mejores ropas y explicarle con señas que todo lo hacia por su bien. El bisabuelo enfureció al oír la noticia y acusó a su nieta de llevar sangre de mala madre que abandona a sus críos. No se volvieron a dirigir la palabra hasta que se escucho por la radio de una banda que engañaba a padres en extrema pobreza a los cuales ofrecían dinero o ayuda para sus hijos y que estaban implicados en el tráfico de órganos. Jesús Dionisio y su nieta Claveles están en la capital para preguntar si su nieta podría ser alguna de sus víctimas.

Cuento: La mujer del juez

Un hombre lleva su destino marcado desde su nacimiento. Morirá por causa de una mujer; por ello, Nicolás Vidal evitó siempre relacionarse más allá de lo efímero. Casilda era una mujer frágil, poco llamativa, además de ser la mujer del juez razones de sobra para que Nicolás la descartara como una posibilidad mortal de encuentro. El juez Hidalgo y su esposa llegaron al pueblo y para sorpresa de todos se instalaron en aquel lugar caluroso y de poco atractivo. El juez ablandó su desempeño lo que muchos atribuyeron a su desapercibida esposa e hijos.

Nicolás Vidal fue hijo de una prostituta que no lo deseaba. En vano trato de expulsarlo pero al verlo recién nacido, hecho y derecho y con cuatro tetillas supo que su hijo perdería la vida por una mujer. Aquella predicción pesó en Nicolás el resto de su vida. Tuvo entonces que apartar deseos amorosos hacía las mujeres y en poco tiempo, su fama de bandolero sagaz recorrió los extremos del pueblo.

El juez Hidalgo había tratado en vano de cazarlo, ninguna ayuda era suficiente pues Nicolás conocía a fondo toda la región. El juez arrestó entonces a Juana la triste, la madre de Nicolás y la encerró en la plaza con un jarrón de agua. El juez se había empeñado en atrapar al ladrón a cualquier precio. Al acabarse el agua, la mujer comenzará a gritar de desesperación y su hijo será mi prisionero cuando trate de rescatar a su madre. El juez pensaba de esta forma sin embargo Nicolás pensaba de otra. Al recibir la noticia de que su madre agonizaba por la falta de agua, los hombres de Nicolás se sorprendieron de que su jefe no mostraba prisa alguna por rescatar a su madre. Para Nicolás aquello era una cuestión de honor y demostraría que tenía más cojones que el juez.

La mujer agonizaba y solicitaron que se suspenda el castigo pero el juez se mantuvo irrestricto. Entonces se acudió con doña Casilda quien estaba al tanto de los hechos que tres días a la fecha se venían sucediendo. El juez tuvo que ceder cuando escuchó las protestas de sus hijos unidas a las del pueblo. Nicolás se enorgulleció de su triunfo. Pero a la mañana siguiente, su triunfo tornó en trago amargo al enterarse que su madre se había ahorcado en el burdel donde siempre trabajo. Furibundo, declaro que los días del juez estaban contados. El juez y su familia sin embargo habían partido de vacaciones. Nicolás se enteró del destino y se lanzó en pos de ellos. Durante el camino, el juez Hidalgo murió sorpresivamente. Casilda puso a salvo a sus hijos y se preparó a entretener lo más posible a la banda de Nicolás para asegurarles huida. Sin embargo solo un hombre llegó al encuentro. Luego de que Nicolás comprobara que nada podía hacer ya contra el juez, estudió detenidamente a la mujer que lo retaba con la mirada. Casilda hizo alarde de toda su capacidad de seducción para poder retener al bandolero que de momento olvidaba la existencia de los hijos. Entonces aquel hombre desacostumbrado al trato especial por una mujer, se entregó a ella con la misma intensidad recibida. Cuando a lo lejos se podía percibir que soldados venían con el objetivo de arrestar a Nicolás, Casilda incluso le pidió que huya, más aquel hombre prefirió entregarse de nuevo en sus brazos cumpliendo así la profecía que tanto temió en vida.  

Cuento: El pequeño Heidelberg

El Pequeño Heidelberg es el nombre de un salón de baile donde una pareja se hizo famosa por dos razones: su perfección a la hora de bailar pues ambos sabían de antemano el siguiente paso a dar de la pareja y, que nunca cruzaron palabra. La niña Eloísa –quien era la parroquiana más antigua del lugar- y el Capitán constituían la sensacional pareja. Cierto sábado, y aprovechando la llegada de unos turistas, el Capitán habló por primera vez y pidió a la niña Eloísa en matrimonio. La anciana aceptó emocionada. Ambos bailaron en el salón que rompió en fiesta. Pero poco a poco, la niña Eloísa se esfumó en los brazos del Capitán, quien seguía bailando pues mantenía viva una ilusión perdida. La Mexicana, otra asidua del lugar, baila con el Capitán para no despertarle del pasado.

Cuento: María la boba

Una prostituta llamada María la Boba llevaba su avanzada edad y oficio con dignidad, ni ella misma se imaginaba la leyenda que por sí sola se había forjado.

Había decidido morir. Se pintó los labios y anunció a sus compañeras su inmediato destino. María tomó chocolate en grandes cantidades y cuando todas vieron que ya no despertaba tomaron en serio la sentencia de María. Durante el velorio y con retazos de platicas de los asistentes, se armó la historia de María.

Hija de emigrantes españoles, María había sido arroyada de niña por un tren que la había dejado en una especie de estado primitivo de inocencia e inutilidad. Pasados los años, los padres arreglaron la boda de su hija con un médico de mayor edad que no se pudo negar de casarse con la hija retarda de sus prestamistas. Aquella niña llegó al lecho matrimonial sin ningún asomo de razonamiento, atención o rencor. María quedó embarazada de aquel viejo que murió poco después de un ataque fulminante. María pasó los años siguientes de luto a pesar de que había olvidado a su esposo. Sin embargo su cuerpo había madurado y al poco tiempo se vio a María observar con atención a los hombres. Sus padres, escandalizados, decidieron mandarla a España en barco junto con su hijo y una sirvienta. Durante el viaje, María perdió a su hijo en un accidente. Aulló de dolor y desconcierto.  Cuando salió a la cubierta, fue llamada por un marinero que ayudó a María a notar la diferencia entre un amante anciano y un fuerte y vigoroso. María se entregó a los placeres ajena a toda inmundicia o prejuicio. Disfrutaba descubrir sus posibilidades y no dudo cuando el marinero le propuso huir del barco en un bote. Una vez instalado en un puerto, el marinero no tardó en aburrirse y asustarse por las actitudes de aquella viuda ausente y extraña. La abandonó. María le esperó durante semanas hasta que el deseo de los huesos emergió de nuevo en ella. Salió y pidió consuelo en el primer hombre que encontró. Éste, maravillado por tan ardiente criatura, salió a contárselo al pueblo no sin antes dejarle a María un billete en su lecho. Así nació la fama de María. Los marinos se tatuaban su nombre y recorrían los mares contando sus encuentros. Sus inolvidables encuentros. María partió luego de unos años a la capital. Toda una leyenda se había forjado alrededor de ella. Se instaló de nuevo y se entregó a aquellos hombres que representaban la imagen de María con un amante. Imagen que María disfrutaba. María envejeció más no sus dotes para amar a un hombre. Muchos se iban de ahí desilusionados al encontrarse con una vieja pero los que se quedaban, salían maravillados por ella. María mantuvo siempre la esperanza de volver a encontrarse con su marinero, lo busco en todos y a todos complació como si lo hubiera encontrado. Hasta que, cansada de esperar, recurrió a la jarra de chocolate.

Cuento: Ester Lucero

Un doctor que participaba dentro de un grupo revolucionario quedó fascinado por la imagen de una niña de nombre Ester Lucero. Conmovido y convencido de que se dejó engañar de más por los sentidos se prestó a buscarla. Al encontrarla se hizo amigo –y médico- de la chiquilla. Su amistad fue intachable más su conciencia le recriminaba su fijación por una niña ajena a sus sentidos. Ángel Sánchez presenció la lenta pero gradual transformación de Ester Lucero. Ignoraba los comentarios de los vecinos que veían extraño que el director del hospital tuviera interés en charlar con aquella anciana y su nieta pero el completo control que ejercía sobre sí mismo le cuidaron de jamás levantar sospechas de su ardiente y reprimido deseo. Una tarde, el doctor recibió el cuerpo herido de la joven. Desesperado, trata en vano de salvarla y una vez que agotó todos los recursos decidió buscar algunas plantas que un brujo de una tribu le dio luego de salvar, milagrosamente, la vida de un amigo.

El doctor Ángel Sánchez regreso con la enferma y para sorpresa de la abuela y la enfermera en turno, bailó una extraña danza y unto las plantas por el cuerpo, doce horas después, Ester Lucero se divertía con el tío Ángel que volvía a danzar a su alrededor como segunda parte del tratamiento.        

Al paso de los años, Ester Lucero se casó y mudó a otra ciudad, de vez en cuando le escribe a su tío quien vio incrementado notoriamente su prestigió. Una expedición se puso a buscar más hierbas medicinales pero sin éxito alguno.

Cuento: Walimai

Walimai narra la historia de como sus padres se conocieron. En aquella época había escasez de hembras por lo que el padre tuvo que ir a otros lugares a buscar esposa. Luego de encontrarla bajo un árbol y haberla pagado con trabajo a su futuro suegro, los padres de Walimai se instalaron en algún lugar de la selva. El protagonista recuerda que casi nunca veía el sol salvo cuando un árbol caía dejando un hueco en el cielo. Walimai es soltero y también cazador. Su familia es numerosa pero conserva el orgullo digno de los de su estirpe. Cuenta sobre la llegada de los hombres pálidos y sus razones para aborrecerlos. Cazaban con pólvora, sin destreza ni valor, no se vestían de aire, eran sucios etc. Aquellos hombres querían la tierra y las piedras preciosas. Cada uno de ellos era como un viento de catástrofe. El inevitable enfrentamiento sucedió. Los nativos se internaron por la selva pues habían oído que aquellos blancos eran en extremo vengativos y que por cada baja de su parte, ellos volvían con más armas y hombres y destruían la aldea. Walimai fue hecho prisionero y llevado a trabajar con los caucheros. En ese lugar Walimai conoció a una joven misma que, por las deplorables condiciones en que vivía, murió en sus brazos.

El cazador sintió que el alma de la joven entró en su alma. Luego de acomodar el cuerpo y encender una hoguera, Walimai se alejó del lugar convencido del ritual que tendría que hacer, para que el espíritu de la joven encuentre descanso. Se internó más por el bosque –suponemos que ha dejado la selva atrás- y entonces Walimai entró en contacto con el alma que guardaba en su interior. Walimai y la mujer se platicaron sus vidas, él comenzó su ayuno para ayudar al alma ajena a iniciar su viaje al más allá. Cuenta que en una noche, el alma salió y anduvo por los alrededores pero regreso al no sentirse lista aún. Finalmente el alma partió. Walimai sintió tristeza y se presta a cazar para no regresar con su tribu sin nada.