Segundo relato breve

bailarines.jpg

Ahí va el principio de un nuevo relato
Él la vio entrar en la sala y respiró, pensando: “Ya está aquí mi bailarina”. Ella le miró y sintió un corto estremecimiento ante aquel cuerpo de ébano perfectamente modelado. Instintivamente, sus labios murmuraron: “Cuánto te quiero”…

5 thoughts on “Segundo relato breve”

  1. Naturalmente María no dijo nada. Sólo miró el profesor un rato. Era muy tímida.

    Fue Luiz, quien habló por primero. “Me llamo Luíz, y tú. ?Cómo te llamas?” Senor de Vargas me dijo, que mandaría una alumna durante sus vacaciones. Creo que tú eres la persona, verdad?”

    „?Quién es este profesor del baile? „Lo conozco, conozco esta cara“ pensaba María. “Me llamo María y sí, soy la alumna de Senor de Vargas”.

    “Pasa, pasa” replicó Luíz. María entró en la gran sala.

    Luíz encendió el esterofónico y dijo: “?Qué hacemos hoy en el curso o qué quieres aprender? Entonces, tenemos que calentar. !Vamos!”

    Maria cambió su ropa y Luíz y ella corrieron por la sala, después hicieron gimnasia. Después de 10 minutos empezaron con el curso de baile. Luíz le mostró algunas nuevas figuras y la ayudó a perfeccionar su estilo.

    A María el curso le encantó mucho. Estaba pensando durante todo el curso: “!Qué hombre!. Sus manos son tan suaves y su cuerpo es casi perfecto. Es muy fuerte. No es fácil no enamorarse a él. Y no sé de dónde conozco la cara…”

    Maria notó que tambien a Luíz le gustaba bailar y practicar con ella. A menudo sonrió a María y, en general, fue muy amable. Pero ella era demasiado tímida y no pudo decir nada.

    Las tres horas de entrenamiento se pasaron muy deprisa. María no se quería ir. Simultáneamente no podía expresionar expresar sus emociones.

    “Ha sido un curso muy divertido y bonito” dijo Luíz. Qué pena, que las vacaciones de tu profesor son tan cortas. Tú eres una bailarina talentosa, me gusta mucho bailar contigo”.

    María replicó: “Tambien preferio bailar contigo en el futuro. El Senor de Vargas es amable, es un experto y puedo aprender mucho de él. Pero es un hombre muy viejo. Nunca jamás había sido tan divertido como el curso hoy.“

    Luíz dijo: “Si quieres, voy a hablar con Senor de Vargas.” María estaba nerviosa y dijo: “No, no puedes hablar con Senor de Vargas sobre este tema. No entendería y yo no quiero tener problemas con él”.

    “No es un problema, María, y entendería. Lo sé”

    “Cómo quieres saberlo?”

    “Conozco Senor de Vargas. Sabes cómo me llamo?

    “Si, lo sé: Luíz”

    Luíz replicó: “Correcto! Y mi apellido es de Vargas – soy Luíz de Vargas. Voy a hablar con mi padre … si quieres!”

  2. … Qué suerte, que por aquel entonces, hace nueve años la conoció. En Bogotá, en la finca de su padre. Un hombre muy influyente en Colombia. Tantos años que no pudieron encontrarse, era demasiado arriesgado, demasiado peligroso. Una conexión con él hubiera significado muerte segura para ambos.

    Y ahora, por fin, después de tanto tiempo… En este momento le ve. Sus ojos fijos en los de él, ella interrumpe su clase y van despacio el uno hacia el otro. Tan discretamente como es posible. Él puede sentir los fuertes latidos de su corazón, tantos nervios, tanta pasión, que nunca tuvo permitido sentir, hasta ahora…

    Sólo unos pocos pasos, hasta que pueden abrazarse y besarse.
    De repente un disparo, de algún lugar, un dolor como una puñalada en la parte trasera del hombro izquierdo, gente gritando en el salón, y a pesar de luchar en contra, él siente como pierde el conocimiento lentamente..

    ”Hola Señor, puede oírme? soy el Dr. House, usted está en el hospital. Puede usted enterderme?”

    continuará…

  3. Alberto solo deseaba verla, llevaban 15 dias sin verse, y para el era demasiado duro tenerla lejos.
    Aquella sala de madera fue la que les unio 2 anos atras.
    Un despiste, un tropiezo ..y aparece la persona que sera quien te de fuerzas para continuar el resto de tu vida.
    Maria sabia lo que Alberto sentia por ella, era consciente de la dureza de su trabajo como bailarina profesional, y Alberto era un simple limpiador en aquella sala llena de futuros talentos.
    La historia de la dulce nina rica , talentosa, y el pobre pero atractivo chico que solo queria amar, sin la necesidad de ser amado
    En los periodos en los que Maria no estaba , Alberto se consolaba mirando fotos, retrociendo al unico pasado de felicidad que tuvo en su vida, esa chica de ojos marrones y brillantes que nunca creyo para el, hasta aquel dia en el Cafe la Pluma, donde ella sin mediar palabra alguna se acerco rapidamente hacia el y le beso, un beso calido como el que el habia sonado durante tantos meses atras, y asi todos los dias no mediaban palabra no era necesario, el simple susurro de un te quiero de una distancia ya consagrada como fruto se su amor, era lo que le daba las fuerzas parar ir diariamente a aquella sala marron, y sentirla desde lejos, como pronunciaba algun te quiero misterioso, aun sabiendo que quien realmente la tenia en sus noches era el senor, gutierrez, aquel guapo, y enarbolado caballero de 1.85, barba aterciopelada y sonrisa cauivadora, .
    Era gutierrez quien veia las puestas de sol , era gutierrez quien cenaba con ella mirando la Fontana de Trevi, era Gutierrez quien sabria de ella cuando de el solo quedase la espuma del mar.Pero eso no importaba en aquel momento , porque lo que tenian en ese instante solo pertenia a ellos dos, nadie mas en el mundo sabia de aquel susurro que le daba fuerzas para seguir limpiando aquella sala de madera

  4. Pero no pude pensar la frase al final, porqué de repente una chica gritó:

    !Fuego, fuego!” con una voz muy aguda.

    Toda la gente corrió a la salida y gritó confusa, hubo un gran caos. Sólo la bailarina esperó y se quedó en el escenario. Siempre sonó con este momento y otra vez instintiviamente supo que debía pasar exactamente como ahora. Sabía que iba a ir para encender el estéreo y que ibamos a bailar.

    Fuero los bomberos habían llegado y empezaron a extinguir el fuego. El director del teatro corría a travérs de la gente y buscaba su bailarina. Pero no estaba allí. Miedoso reguntó a todos los actores y músicos si habían visto a la bailarina, pero nadie pude ayudarle. Entonces preguntó a los bomberos:

    “Lo siento, por favor, ayúdenme. Estoy seguro de que la bailarina está todavía en el teatro.”

    Enseguida un grupo de bomberos entaron en el teatro, corrieron por las habitaciones, pero no pudieron encontrar a la bailarina. Después de un rato oyeron música silenciosa por el humo.

    “Eso es Verdí. Creo que la música viene del enscenario.” dijo un hombre de los bomberos.

    Todos fueron a la sala y se pararon sorprendidos. En el escenario la bailarina y un hombre muy elegante bailaban bajo la lluvia del riego de los aspersores sin notar nada.

  5. Nadie en la sala se daba cuenta de esta íntima relación que les vinculaba.
    Ella fue era la primera bailarina en el escenario de manera que a en sus hombors pesaban las expectativas del elenco y de los espectadores de un teatro completo hasta la última butaca.

    Ella sentía orgullo por un lado y un poco fiebre de candilejas por el otro.

    Orgullo porque por fin había logrado a convencer al director de que tuviera tenía habilidades suficientes para entusiasmar al público en los primeros, y como el director solía enfatizar, los y cruciales momentos de la representación entera.

    Pero al otro lado sentía también un sentimiento de estrechamiento en su cuerpo porque sabía que esta actuación pudiera dar podría ser tanto un paso decesivo a su carrera profesional como bailarina como imposibilitarla por toda su vida.

    Las primeros sonidos del piano le dieron el impulso y después de unos segundos era estaba como el pez en el agua, quería demostrar todo su potencial como bailarina.

    Bailaba el baile de su vida:
    unido con el sonido del piano y sola al escenario.

    Su gran amor desde los primeros días en el teatro la apoyaba y desde entonces sabía que nunca habría espacion para otro hombre que el pianista con este aspecto físico tan excelente y sus manos magníficas.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *