La comunicación en el siglo XXI es diversa y polarizada y se puede observar una tendencia muy peligrosa: un aislamiento de las personas en la sociedad y, al mismo tiempo, un discurso en línea, anónimo y cada vez más agresivo. Dado que cada vez más personas viven solas, especialmente en las ciudades donde reside la mayoría de la población, no existe un contacto personal y directo. Se podría decir que hemos perdido la capacidad de discutir con otras personas. Por eso mucha gente vive sola y, a consecuencia, busca grupos en línea. Pero estos grupos pueden ser anónimos y existe dificultad a la hora de conocer de verdad a las personas en línea con las que uno está escribiendo. Y este sentimiento de anonimato puede facilitar que algunas personas expresen ideas extremas o comenten cosas violentas sin consecuencias, o eso creen. Y esa forma de comunicación más agresiva también se puede observar en la sociedad. Es difícil discutir temas sensibles con otras personas y por ello las conversaciones terminan porque las personas no acepten las premisas del debate. En conclusión, en el siglo XXI las personas se sienten solas y se escapan de la realidad comunicándose de forma anónima en las redes sociales y olvidando cuál es la esencia de la comunicación – escuchar y entender una posición contraria.
Este cortometraje quiere decirnos en un módo irónico que la conversación personal mengua en tiempos cuando hay la posibilidad de comunicar digitalmente. A mi me parece triste que la comunicación en el siglo XXI tenga lugar más en un módo digital que en persona. También la posibilidad de ser localizado telefónicamente todo el día puede resultar en problemas de la salud física y psíquica, y además la comunicación personal normalmente tiene la calidad mejor.
Yo mismo vivo en un piso compartido con dos compañeras de piso, pues en una situación similar a la de las personas del video. En nuestro piso la comunicación entre las compañeras es muy importante para vivir juntas y intentamos hablar por las tardes en la cocina al menos tres veces cada semana. Sin embargo, la importancia del internet se ha incrementado en los años pasados y cuando hay una deficiencia de internet en el piso toda la gente está en el pasillo para resolver el problema.
El cortometraje muestra como estamos mas conectados a internet que entre nosotros en el mundo actual. En lugar de pasar tiempo con nuestros amigos y familia, tendemos a perdernos en las distracciones infinitas que ofrece internet, olvidando lo importante que es comunicarnos y conectar de verdad. Nuestra forma de entender lo que significa ser sociales parece haber tomado un rumbo equivocado y se ve cargada y manipulada por las pantallas que se interponen entre nosotros. El problema de socializar principalmente con las redes es que muchas veces se reemplaza la conexion real por una version superficial, filtrada por la apariencia y la validacion externa. La socialización ‘verdadera’ ocurre fuera, en los cafes, colegios y en las calles. Hay que existir un equilibrio saludable entre ambos.
Este cortometraje es una representación de la conversación entre jóvenes en nuestro siglo. Representa en parte una situación real, pero también está un poco exagerada para evidenciar un aspecto problemático de la tecnología hoy en día.
Con el desarrollo de las redes sociales, buscamos más conexión con otros a través de la comunicación en línea que en persona. Nos sentimos conectados con los demás escribiendo mensajes o con los «likes» en Instagram, y buscamos menos el contacto directo con otros jóvenes.
De esta manera, se pierden muchos aspectos de la comunicación que solo existen cuando estás con alguien cara a cara. Nos volvemos menos empáticos y tenemos dificultades para abrirnos y expresar nuestros sentimientos en persona, así como para crear vínculos profundos con los otros.
También creo que esta forma de comunicación nos vuelve más fríos antes de los problemas de los demás y que hay más casos de bullying en las redes sociales. Estar aislados no es favorable para nuestra salud mental.
Al mismo tiempo, creo que las redes sociales han sido una gran ayuda para facilitar los encuentros en persona y conocer gente nueva. También me gusta ver las fotos de mis amigos en las redes, así que, aunque no los vea todos los días o estan lejos, puedo ver qué están haciendo y si están pasando por un buen momento.
Creo que el cortometraje muestra muy bien cómo la tecnología afecta la comunicación hoy en día. Es una mezcla de oportunidades y problemas. A través de internet, nos conectamos con más personas, pero, al mismo tiempo, nos alejamos de los que tenemos cerca. Muchas veces, las redes sociales nos dan una falsa sensación de cercanía. Publicamos fotos, comentarios, pero la verdadera conexión se pierde. Aunque las redes nos permiten mantener el contacto con amigos y familiares, muchas veces nos hace sentir más solos. Nos falta ese contacto directo, esa mirada en los ojos que solo puedes tener en una conversación real. Pienso que es importante encontrar un balance entre lo digital y lo personal para no perder lo más importante: la comunicación sincera y empática.
Los nuevos tiempos, Loukas… Pero, por suerte, todavía nos queda la comunicación tradicional: tomarse un café o un vino, charlando con un buen amigo 😉
Sería una mentira decir que esto nunca me paso… 😀
La comunicación en el siglo XXI es diversa y polarizada y se puede observar una tendencia muy peligrosa: un aislamiento de las personas en la sociedad y, al mismo tiempo, un discurso en línea, anónimo y cada vez más agresivo. Dado que cada vez más personas viven solas, especialmente en las ciudades donde reside la mayoría de la población, no existe un contacto personal y directo. Se podría decir que hemos perdido la capacidad de discutir con otras personas. Por eso mucha gente vive sola y, a consecuencia, busca grupos en línea. Pero estos grupos pueden ser anónimos y existe dificultad a la hora de conocer de verdad a las personas en línea con las que uno está escribiendo. Y este sentimiento de anonimato puede facilitar que algunas personas expresen ideas extremas o comenten cosas violentas sin consecuencias, o eso creen. Y esa forma de comunicación más agresiva también se puede observar en la sociedad. Es difícil discutir temas sensibles con otras personas y por ello las conversaciones terminan porque las personas no acepten las premisas del debate. En conclusión, en el siglo XXI las personas se sienten solas y se escapan de la realidad comunicándose de forma anónima en las redes sociales y olvidando cuál es la esencia de la comunicación – escuchar y entender una posición contraria.
Este cortometraje quiere decirnos en un módo irónico que la conversación personal mengua en tiempos cuando hay la posibilidad de comunicar digitalmente. A mi me parece triste que la comunicación en el siglo XXI tenga lugar más en un módo digital que en persona. También la posibilidad de ser localizado telefónicamente todo el día puede resultar en problemas de la salud física y psíquica, y además la comunicación personal normalmente tiene la calidad mejor.
Yo mismo vivo en un piso compartido con dos compañeras de piso, pues en una situación similar a la de las personas del video. En nuestro piso la comunicación entre las compañeras es muy importante para vivir juntas y intentamos hablar por las tardes en la cocina al menos tres veces cada semana. Sin embargo, la importancia del internet se ha incrementado en los años pasados y cuando hay una deficiencia de internet en el piso toda la gente está en el pasillo para resolver el problema.
El cortometraje muestra como estamos mas conectados a internet que entre nosotros en el mundo actual. En lugar de pasar tiempo con nuestros amigos y familia, tendemos a perdernos en las distracciones infinitas que ofrece internet, olvidando lo importante que es comunicarnos y conectar de verdad. Nuestra forma de entender lo que significa ser sociales parece haber tomado un rumbo equivocado y se ve cargada y manipulada por las pantallas que se interponen entre nosotros. El problema de socializar principalmente con las redes es que muchas veces se reemplaza la conexion real por una version superficial, filtrada por la apariencia y la validacion externa. La socialización ‘verdadera’ ocurre fuera, en los cafes, colegios y en las calles. Hay que existir un equilibrio saludable entre ambos.
Este cortometraje es una representación de la conversación entre jóvenes en nuestro siglo. Representa en parte una situación real, pero también está un poco exagerada para evidenciar un aspecto problemático de la tecnología hoy en día.
Con el desarrollo de las redes sociales, buscamos más conexión con otros a través de la comunicación en línea que en persona. Nos sentimos conectados con los demás escribiendo mensajes o con los «likes» en Instagram, y buscamos menos el contacto directo con otros jóvenes.
De esta manera, se pierden muchos aspectos de la comunicación que solo existen cuando estás con alguien cara a cara. Nos volvemos menos empáticos y tenemos dificultades para abrirnos y expresar nuestros sentimientos en persona, así como para crear vínculos profundos con los otros.
También creo que esta forma de comunicación nos vuelve más fríos antes de los problemas de los demás y que hay más casos de bullying en las redes sociales. Estar aislados no es favorable para nuestra salud mental.
Al mismo tiempo, creo que las redes sociales han sido una gran ayuda para facilitar los encuentros en persona y conocer gente nueva. También me gusta ver las fotos de mis amigos en las redes, así que, aunque no los vea todos los días o estan lejos, puedo ver qué están haciendo y si están pasando por un buen momento.
Creo que el cortometraje muestra muy bien cómo la tecnología afecta la comunicación hoy en día. Es una mezcla de oportunidades y problemas. A través de internet, nos conectamos con más personas, pero, al mismo tiempo, nos alejamos de los que tenemos cerca. Muchas veces, las redes sociales nos dan una falsa sensación de cercanía. Publicamos fotos, comentarios, pero la verdadera conexión se pierde. Aunque las redes nos permiten mantener el contacto con amigos y familiares, muchas veces nos hace sentir más solos. Nos falta ese contacto directo, esa mirada en los ojos que solo puedes tener en una conversación real. Pienso que es importante encontrar un balance entre lo digital y lo personal para no perder lo más importante: la comunicación sincera y empática.