Queridos míos, aquí os incluyo la introducción para un nuevo relato:
Por la mañana el sol lucía y el jardín estaba lleno de flores con aromas diferentes. En el centro de aquel paraíso, la casa de la familia Hidalgo parecía un castillo encantado, lleno de historia y leyendas…
“La casa, el jardín, la caseta, la muralla, los campos, todo está como siempre, también despues de tantos años” pensó parando adelante de la casa.”Tengo miedo de entrar en el pasado, pero tengo que hacer todo esto”.
Buscó la llave en su bolsa, bajó de su coche deportivo, fue hacia la puerta y entró en la casa. Como todas ventanas estaban cerradas con maderas, las habitaciones estaban oscuras. Encendió la luz en el vestíbulo. Los muebles estaban tapados con sábanas.
Subió las escaleras y fue al dormitorio de su infancia. “También aquí todo parece como si nunca hubiera dejado la casa. Los juguetes, las medallas de tenis, las fotografías de mis amigos de juventud” No fue al dormitorio de sus padres y sus hermanos, bajó la escalera, pasó la terraza y entró en el jardín.
“Los arboles de almendros, que huelen bien en primavera”, se acordó de este olor. Pasó la pista de tenis pensando: “Aquí jugé todas las tardes con mis amigos y mis hermanos después de hacer los deberes de escuela” – que tiempo feliz. De hoy parece una era casi sin problemas”.
“Y ahí, la piscina”. Se acordó de la fiesta de su cumpleaños, cuando tenía 16 años. Todos sus amigos celebraron con él hasta la madrugada. En este verano todos bailaron a una canción muy popular. “¿Comó se llamaba esta canción? – Lo sé: bien bien buena, tú te ves bien buena, parece como una botella de coca-cola…. ¡Qué horrible!”
Llegó al bosque con el pequeño arroyo enfrente de los campos. “Aquí besé la primera vez una chica”; tuvo que sonreír. “Esta chica ahora es mi esposa, increíble en este momento pasado. Era una lucha larga. ¡Madre mía!”
Miró los campos y lentamente volvió a la casa, pensando mucho. Cuando cerró la puerta principal de la casa tomó la decisión. “No puedo volver a este lugar para vivir. Demasiados recuerdos de la mi familia, mis padres, mis hermanos que ya no viven. Voy a vender la casa, tengo que venderla”.
Se subió en su coche. Salió por la ciudad mirando hacía atrás una última vez. Estaba muy infeliz.
De repente el cielo se oscureció.
Margarita estaba todavía durmiendo, pero su perrito Alberto ya estaba despierto. Ambos no percibieron que el sol fue estaba lleno de manchas negras. Ellas debilitaron la luz del sol y la mañana estaba de un gris triste y mucho mas frío que otros días de esa primavera.
Por eso Margarita no se despertó antes de mediodía. Cuando vio el desastre interestelar supo que tuvo tenía que actuar. Llamó a su dragón Dorinda. Encima su espalda dura – llena de piedras preciosas que se negaron negaban a brillar en esta oscuridad – y con su perrito Alberto voló hacia el sol con la intención de limpiarlo de estas manchas sucias. 15 horas mas tarde la misión fue estaba cumplida. Volviendo a la tierra Margarita llamó por teléfono a su novio encantador, el principe Alfonso, para ir de copas y celebrar que el sol lucía de nuevo – y mas luminosamente que antes.
Mucho más tarde, a en la casa de la familia Hidalgo, Margarita relató a su familia lo que hube había ocurrido – el perrito Alberto soñando a sus pies – agotada de por sus aventuras intergalácticas.
Y tal vez se podía oír un canto en voz baja mientras susurraba el mar. Algunos personas dijeron que era la hermosa princesa que vivía en este castillo muchos anos atrás. Dijeron que no podía encontrar su calma porque todavía espera a su amado. Hace quinientos anos navegó a vela a otro país para concluir un contrato con el rey de este país. Nunca la princesa se enteró de que su propio padre le asesinó porque su padre quiso que la princesa se casó con el príncipe del país vecino para mejorar las relacinones. Cada día iba al jardín donde podía ver el mar y mientras esperaba a su querido contaba la misma canción. Y aunque no volvío, la princesa nunca perdío la esperanza y nunca se casó con otro príncipe. Hasta su muerte esperó en el jardín y cantó y quizás espera todavía hoy…
_ Pero la familia Hidalgo somos nosotros? dijo el pequeno Pablo
_Si hijo mio, todos nuestros antepasados vivieron alli_ la respuesta de su madre fue concisa, pero el problema del nino era el mismo, porque si teniendo una casa tan grande y tan bonita vivian en un piso de 45 m , con goteras y en una de las zonas ma conflictivas de la ciudad .
Su madre noto la mirada de extraneza de su hijo, y decidio narrarle el cuento de lo que ojala hubiera sido verdad.
-Pablo, escucha atentamente
El nino miro con ojos brillantes a su madre con la esperanza de que esas palabras significaran el fin del barrio , y fueran la bienvenida a esa gran casa.
-Hace 250 anos tu tatarabuelo Lucas mando hacer esta casa, porque la familia ya era muy grande y habia que mostrar a todo el pueblo las riquezas que nos rodeaban, ya que tu abuelo era uno de los coroneles mas queridos y fuertes de todo el pais.
Cuando sonaba el noombre de Lucas del Monte Garcia, sus enemigos se atemorizaban, mientras que sus aliados e enorgullecian por tenerle a su lado.
Pablo miraba a su madre con el orgullo, de sentirse perteneciente a aquel hombre tan fantastico.
Cuando se alejaron de alli, dentro del bus que les llevaba a su casa, Pablo se sentia fuerte, se sentia como aquel tatarabuelo que impresionaba al mundo se entero, se sentia que toda la miseria que invadia su mundo era una simple prueba de fuego para que el resto veise que el podia con todo, que sacaria a su familia de aquella situcion , porque el pequeno era el tatarabuelo de Lucas del Monte Garcia., aunque sus apellidos fueran serrano fernandez.