Cuento: La mujer del juez

Un hombre lleva su destino marcado desde su nacimiento. Morirá por causa de una mujer; por ello, Nicolás Vidal evitó siempre relacionarse más allá de lo efímero. Casilda era una mujer frágil, poco llamativa, además de ser la mujer del juez razones de sobra para que Nicolás la descartara como una posibilidad mortal de encuentro. El juez Hidalgo y su esposa llegaron al pueblo y para sorpresa de todos se instalaron en aquel lugar caluroso y de poco atractivo. El juez ablandó su desempeño lo que muchos atribuyeron a su desapercibida esposa e hijos.

Nicolás Vidal fue hijo de una prostituta que no lo deseaba. En vano trato de expulsarlo pero al verlo recién nacido, hecho y derecho y con cuatro tetillas supo que su hijo perdería la vida por una mujer. Aquella predicción pesó en Nicolás el resto de su vida. Tuvo entonces que apartar deseos amorosos hacía las mujeres y en poco tiempo, su fama de bandolero sagaz recorrió los extremos del pueblo.

El juez Hidalgo había tratado en vano de cazarlo, ninguna ayuda era suficiente pues Nicolás conocía a fondo toda la región. El juez arrestó entonces a Juana la triste, la madre de Nicolás y la encerró en la plaza con un jarrón de agua. El juez se había empeñado en atrapar al ladrón a cualquier precio. Al acabarse el agua, la mujer comenzará a gritar de desesperación y su hijo será mi prisionero cuando trate de rescatar a su madre. El juez pensaba de esta forma sin embargo Nicolás pensaba de otra. Al recibir la noticia de que su madre agonizaba por la falta de agua, los hombres de Nicolás se sorprendieron de que su jefe no mostraba prisa alguna por rescatar a su madre. Para Nicolás aquello era una cuestión de honor y demostraría que tenía más cojones que el juez.

La mujer agonizaba y solicitaron que se suspenda el castigo pero el juez se mantuvo irrestricto. Entonces se acudió con doña Casilda quien estaba al tanto de los hechos que tres días a la fecha se venían sucediendo. El juez tuvo que ceder cuando escuchó las protestas de sus hijos unidas a las del pueblo. Nicolás se enorgulleció de su triunfo. Pero a la mañana siguiente, su triunfo tornó en trago amargo al enterarse que su madre se había ahorcado en el burdel donde siempre trabajo. Furibundo, declaro que los días del juez estaban contados. El juez y su familia sin embargo habían partido de vacaciones. Nicolás se enteró del destino y se lanzó en pos de ellos. Durante el camino, el juez Hidalgo murió sorpresivamente. Casilda puso a salvo a sus hijos y se preparó a entretener lo más posible a la banda de Nicolás para asegurarles huida. Sin embargo solo un hombre llegó al encuentro. Luego de que Nicolás comprobara que nada podía hacer ya contra el juez, estudió detenidamente a la mujer que lo retaba con la mirada. Casilda hizo alarde de toda su capacidad de seducción para poder retener al bandolero que de momento olvidaba la existencia de los hijos. Entonces aquel hombre desacostumbrado al trato especial por una mujer, se entregó a ella con la misma intensidad recibida. Cuando a lo lejos se podía percibir que soldados venían con el objetivo de arrestar a Nicolás, Casilda incluso le pidió que huya, más aquel hombre prefirió entregarse de nuevo en sus brazos cumpliendo así la profecía que tanto temió en vida.  

Cuento: El pequeño Heidelberg

El Pequeño Heidelberg es el nombre de un salón de baile donde una pareja se hizo famosa por dos razones: su perfección a la hora de bailar pues ambos sabían de antemano el siguiente paso a dar de la pareja y, que nunca cruzaron palabra. La niña Eloísa –quien era la parroquiana más antigua del lugar- y el Capitán constituían la sensacional pareja. Cierto sábado, y aprovechando la llegada de unos turistas, el Capitán habló por primera vez y pidió a la niña Eloísa en matrimonio. La anciana aceptó emocionada. Ambos bailaron en el salón que rompió en fiesta. Pero poco a poco, la niña Eloísa se esfumó en los brazos del Capitán, quien seguía bailando pues mantenía viva una ilusión perdida. La Mexicana, otra asidua del lugar, baila con el Capitán para no despertarle del pasado.

Cuento: María la boba

Una prostituta llamada María la Boba llevaba su avanzada edad y oficio con dignidad, ni ella misma se imaginaba la leyenda que por sí sola se había forjado.

Había decidido morir. Se pintó los labios y anunció a sus compañeras su inmediato destino. María tomó chocolate en grandes cantidades y cuando todas vieron que ya no despertaba tomaron en serio la sentencia de María. Durante el velorio y con retazos de platicas de los asistentes, se armó la historia de María.

Hija de emigrantes españoles, María había sido arroyada de niña por un tren que la había dejado en una especie de estado primitivo de inocencia e inutilidad. Pasados los años, los padres arreglaron la boda de su hija con un médico de mayor edad que no se pudo negar de casarse con la hija retarda de sus prestamistas. Aquella niña llegó al lecho matrimonial sin ningún asomo de razonamiento, atención o rencor. María quedó embarazada de aquel viejo que murió poco después de un ataque fulminante. María pasó los años siguientes de luto a pesar de que había olvidado a su esposo. Sin embargo su cuerpo había madurado y al poco tiempo se vio a María observar con atención a los hombres. Sus padres, escandalizados, decidieron mandarla a España en barco junto con su hijo y una sirvienta. Durante el viaje, María perdió a su hijo en un accidente. Aulló de dolor y desconcierto.  Cuando salió a la cubierta, fue llamada por un marinero que ayudó a María a notar la diferencia entre un amante anciano y un fuerte y vigoroso. María se entregó a los placeres ajena a toda inmundicia o prejuicio. Disfrutaba descubrir sus posibilidades y no dudo cuando el marinero le propuso huir del barco en un bote. Una vez instalado en un puerto, el marinero no tardó en aburrirse y asustarse por las actitudes de aquella viuda ausente y extraña. La abandonó. María le esperó durante semanas hasta que el deseo de los huesos emergió de nuevo en ella. Salió y pidió consuelo en el primer hombre que encontró. Éste, maravillado por tan ardiente criatura, salió a contárselo al pueblo no sin antes dejarle a María un billete en su lecho. Así nació la fama de María. Los marinos se tatuaban su nombre y recorrían los mares contando sus encuentros. Sus inolvidables encuentros. María partió luego de unos años a la capital. Toda una leyenda se había forjado alrededor de ella. Se instaló de nuevo y se entregó a aquellos hombres que representaban la imagen de María con un amante. Imagen que María disfrutaba. María envejeció más no sus dotes para amar a un hombre. Muchos se iban de ahí desilusionados al encontrarse con una vieja pero los que se quedaban, salían maravillados por ella. María mantuvo siempre la esperanza de volver a encontrarse con su marinero, lo busco en todos y a todos complació como si lo hubiera encontrado. Hasta que, cansada de esperar, recurrió a la jarra de chocolate.

Cuento: Ester Lucero

Un doctor que participaba dentro de un grupo revolucionario quedó fascinado por la imagen de una niña de nombre Ester Lucero. Conmovido y convencido de que se dejó engañar de más por los sentidos se prestó a buscarla. Al encontrarla se hizo amigo –y médico- de la chiquilla. Su amistad fue intachable más su conciencia le recriminaba su fijación por una niña ajena a sus sentidos. Ángel Sánchez presenció la lenta pero gradual transformación de Ester Lucero. Ignoraba los comentarios de los vecinos que veían extraño que el director del hospital tuviera interés en charlar con aquella anciana y su nieta pero el completo control que ejercía sobre sí mismo le cuidaron de jamás levantar sospechas de su ardiente y reprimido deseo. Una tarde, el doctor recibió el cuerpo herido de la joven. Desesperado, trata en vano de salvarla y una vez que agotó todos los recursos decidió buscar algunas plantas que un brujo de una tribu le dio luego de salvar, milagrosamente, la vida de un amigo.

El doctor Ángel Sánchez regreso con la enferma y para sorpresa de la abuela y la enfermera en turno, bailó una extraña danza y unto las plantas por el cuerpo, doce horas después, Ester Lucero se divertía con el tío Ángel que volvía a danzar a su alrededor como segunda parte del tratamiento.        

Al paso de los años, Ester Lucero se casó y mudó a otra ciudad, de vez en cuando le escribe a su tío quien vio incrementado notoriamente su prestigió. Una expedición se puso a buscar más hierbas medicinales pero sin éxito alguno.

Eurocopa

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No sé si os interesa personalmente, pero ahí va toda la información de la EUROCOPA en español:

http://www.as.com/

http://lacomunidad.as.com/juntos-podemos/posts

Cuento: Walimai

Walimai narra la historia de como sus padres se conocieron. En aquella época había escasez de hembras por lo que el padre tuvo que ir a otros lugares a buscar esposa. Luego de encontrarla bajo un árbol y haberla pagado con trabajo a su futuro suegro, los padres de Walimai se instalaron en algún lugar de la selva. El protagonista recuerda que casi nunca veía el sol salvo cuando un árbol caía dejando un hueco en el cielo. Walimai es soltero y también cazador. Su familia es numerosa pero conserva el orgullo digno de los de su estirpe. Cuenta sobre la llegada de los hombres pálidos y sus razones para aborrecerlos. Cazaban con pólvora, sin destreza ni valor, no se vestían de aire, eran sucios etc. Aquellos hombres querían la tierra y las piedras preciosas. Cada uno de ellos era como un viento de catástrofe. El inevitable enfrentamiento sucedió. Los nativos se internaron por la selva pues habían oído que aquellos blancos eran en extremo vengativos y que por cada baja de su parte, ellos volvían con más armas y hombres y destruían la aldea. Walimai fue hecho prisionero y llevado a trabajar con los caucheros. En ese lugar Walimai conoció a una joven misma que, por las deplorables condiciones en que vivía, murió en sus brazos.

El cazador sintió que el alma de la joven entró en su alma. Luego de acomodar el cuerpo y encender una hoguera, Walimai se alejó del lugar convencido del ritual que tendría que hacer, para que el espíritu de la joven encuentre descanso. Se internó más por el bosque –suponemos que ha dejado la selva atrás- y entonces Walimai entró en contacto con el alma que guardaba en su interior. Walimai y la mujer se platicaron sus vidas, él comenzó su ayuno para ayudar al alma ajena a iniciar su viaje al más allá. Cuenta que en una noche, el alma salió y anduvo por los alrededores pero regreso al no sentirse lista aún. Finalmente el alma partió. Walimai sintió tristeza y se presta a cazar para no regresar con su tribu sin nada.

Un nuevo reto: Webquest

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Incorporo, a continuación, un nuevo espacio a nuestro blog: la webquest. Sabéis de qué se trata? Si no la conocéis, no os preocupéis, vamos a tener oportunidad de descubrirla…

Con ella vamos a iniciar una nueva forma de trabajo en clase que espero que os parezca atractiva y enriquecedora.

Nuestra primera WQ: Aventura Erasmus

A ver qué os parece la propuesta 🙂

Cuento: Tosca

Maurizia Rugieri había aprendido a tocar el piano con su padre y a los diez años ya se encontraba ofreciendo recitales. A pesar de las alabanzas, Maurizia sorprendió a todos al exclamar su deseo de ser cantante. Su padre le contrató un maestro severo que no logró sofocar su deseo. Sin embargo su voz le cambio en la adolescencia de manera poco atractiva por lo que tuvo que cambiar de planes. Se casó de 19 años con Ezio Longo un arquitecto sin titulo que se había propuesto fundar un imperio de cemento y acero. La pareja pronto tuvo un hijo sin embargo Ezio sospechaba que una catástrofe acabaría con su felicidad. Dicha catástrofe no fue otra que un estudiante de medicina que se topó con Maurizia en el camión. Leonardo Gómez iba distraído mientras silbaba un fragmento de Tosca pues admiraba profundamente las artes del Bel Canto.

Pronto, Maurizia y Leonardo vivieron un amor casto representado en Carmen, Aída u alguna otra obra. Ella deseaba consumarlo más no tomaba la iniciativa. Él por su parte, respetaba la condición de esposa de su deseo.

Sus encuentros a bordo del tranvía, bien pudieron haberse eternizado de no ser por que algún ocioso le fue con la noticia a Ezio quien se vio de inmediato sorprendido por la nueva. Pronto, encontró a la feliz pareja y, luego de levantar y tirar en vilo a su rival, se llevó a su esposa para encerrarla y pedirle que entrara en razón. Ezio también le pidió tiempo y comprensión pero al ver resultados infecundos, le dio libertad para volver con su amado a condición de renunciar a ver a su hijo. Maurizia preparo sus cosas y se fue no sin despedirse de su hijo y de su demacrado esposo. Cuando llego al edificio donde vivía Leonardo, se encontró con que se había ido a un pueblo a ejercer su profesión. Se instaló y se dedicó a rastrearlo hasta dar con él. Su aventura la lleva a perder sus pertenencias y recorrer zonas que pusieron a prueba su temple y decisión. Cuando llegó con su amado, -en medio de la selva e instalado en un campamento- fue presentada como la esposa del doctor Gómez. Diez años después, la pareja era conocida como Mario y Tosca y por su dedicación a difundir las artes, en especial la opera, en aquellas recónditas regiones. Sus representaciones eran celebres por apasionadas. Pasaron algunos años más hasta que la muerte sorprendió al doctor. Todo mundo pensó que la viuda sería capaz de realizar algún trágico acto como los que había representado por lo que se turnaron para no dejarla sola.

Maurizia se sobrepuso a la perdida y mantuvo el legado de su amante en el recuerdo del pueblo.

Ese mismo año, la noticia de que se construiría una autopista recorrió el pueblo. Ezio Longo e hijo era el nombre de la empresa, al enterarse de esto, Maurizia se encerró en su cuarto con la esperanza de no encontrarse con su pasado. 28 años hacía de su partida y de no ver a su hijo. El peso de tal hecho termino por vencerla por lo que cogió un paraguas y salió en su encuentro. Los encontró en una taberna. A punto estuvo de acudir a ellos convencida de que el verdadero héroe de su vida fue siempre Ezio y su amor a toda prueba. Un jugueteo entre el padre y el hijo del cual ella se siente excluida, la regresa a las sombras y a su casa.